Cinco días por Los Ancares.
En el libro “Pulso al destino” (2012) de Daniel Higinio López Abella, nacido en Los Ancares, narra sus experiencias y vivencias: "Nací en una palloza compartida con animales domésticos que ocupaban la mitad del recinto, separados por unos palos mal entrelazados de la parte destinada a la familia y en una oscura noche de enero con un metro de nieve sobre los tejados de paja"... el autor se siente como el último eslabón de una generación que viviera una especie de Edad Media en la segunda mitad del siglo XX.
La novela está
agotada y no se ha vuelto a editar.
LOS ANCARES lo
forman un conjunto de profundos valles entre León y Lugo, con montañas de casi 2000 metros, bosques de robles y castaños centenarios e incluso milenarios (como pudimos comprobar en Villasumil). Pero también de
pequeños pueblos que quedaron perdidos y a su suerte en una burbuja del tiempo
hasta hace apenas unas décadas lo que ha permitido que ahora podamos disfrutar
de valles
inmensos salpicados por pallozas, bosques de castaños, hayas, robles,
tejos, avellanos, chopos y una
fauna donde se mezclan las águilas reales,
halcones peregrinos, liebres, lobos, nutrias e incluso osos.
La mayoría de las carreteras de montaña son estrechas y llenas de curvas, por lo que
las distancias en tiempo son más elevadas de lo que a priori parecen.
Primer día.
O Cebreiro,
Balboa, Albergue dos Ancares, Piornedo.
Aprovechamos el primer día para visitar
algunos de los pueblos que nos caen en ruta.
O CEBREIRO
Famoso por su queso. Nada
más entrar nos damos cuenta de que está muy “turistizado” debido a ser lugar de
paso del Camino de Santiago. Es un pueblo realmente
bonito a pesar del turismo, en la construcción predomina la piedra, la pizarra
y la paja, tiene bellas casas y una pequeña iglesia. Entramos en una palloza
abierta al público, nos sorprende por su pequeñez, nos trasladamos al tiempo en
que estuvo habitada, algo que ocurrió no hace tantos años. “Las pallozas son uno de los principales signos de identidad de la comarca de los Ancares,
viviendas de paredes bajas, de entre diez y veinte metros de diámetro, con paredes de piedra y cubiertas por un
tejado cónico de “teito” –paja de centeno majada– con planta
circular o elíptica, cuyo espacio compartían las familias con sus ganados”.
BALBOA
Atravesando El Alto de Cebreiro retrocedemos sobre
nuestros pasos llegando a Balboa.
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| Puente de madera. Palloza de Balboa. |
Restaurante “Palloza
de Balboa”.
Buena relación
calidad/precio.
El pueblo tiene mucho encanto y está presidido
por una colina donde se asienta un castillo en ruinas, a él pertenecen 17 pueblos distribuidos a lo
largo del Valle de Balboa, recostados en las laderas de las montañas.
Pasamos por Castañeiras, O Portelo, Doiras, A
Degrada y llegamos al Albergue dos Ancares, nos decepciona verlo tan descuidado. Aquí tenemos preparada una pequeña ruta a través de bosques de acebos de gran belleza hacia
el Pico de los Tres Bispos. Tenemos que darnos la vuelta, empieza a
llover y hace frío por lo que decidimos seguir ruta y llegar a Piornedo. La
carretera es estrecha y con vistas espectaculares. Bordeados por bosques de
robles y castaños. La vegetación es muy espesa. El agua de la lluvia lava las
hojas y deslumbra la variedad de tonalidades verdes. A través de estrechas y
retorcidas carreteras de montaña llegamos a Piornedo lloviendo.
PIORNEDO
La aldea es preciosa con casas de piedra y numerosas
pallozas y hórreos.
Nos alojamos en la “Cantina Mustallar”, propietarios de La
Cantina y de la Palloza de Sesto. Nos da la bienvenida Mari
Carmen, siempre sonriente, amable y generosa. Su padre nació y vivió hasta los
años 60 en la palloza. La casa es de piedra y tiene tres plantas. Nuestra
habitación está en la buhardilla y al lado hay una salita con sofá, televisión,
mesa camilla… es como un pequeño apartamento del que podemos disponer, esto
hará que a lo largo de los días nos sintamos como en casa. Estamos solos pero
nos dice que el fin de semana se llenará de gente.
La cena estupenda a base de
caldo de grelos, ensalada, embutidos de su matanza, quesos de la zona y de
postre sus famosas filloas.
Piornedo cuenta con el mejor conjunto de pallozas y hórreos de todos Los Ancares. Es famoso por sus dos pallozas convertidas en museos: la palloza “Casa Casoa”, rincón imprescindible para ver una palloza por dentro explicada por quien pasara en ella buena parte de su infancia y “Casa do Sesto”, con todos los enseres y la misma distribución que tuvo hasta que dejó de ser definitivamente habitada en 1970, los padres de Mari Carmen fueron los últimos moradores.
Segundo día.
Piornedo, Balouta, Rao, Larxentes, Muñís, Navia de
Suarna, Seón, Son, Vilaquinte, Piornedo.
PIORNEDO
Desayunamos café de puchero,
pan con aceite y mermelada, magdalenas y bollo.
Salimos a conocer el pueblo.
Es una aldea prerromana muy alejada de las vías principales de comunicación, solo
se puede acceder hasta aquí a través de estrechas y retorcidas carreteras de
montaña y esto es lo que la ha mantenido casi intacta hasta nuestros días. Mari
Carmen nos ha hablado de una ruta de senderismo de una hora de duración. Cogemos
los bastones y empezamos a andar, el sendero es precioso, la ruta comienza en
la ermita de San Lorenzo, pequeña, con vistas al pueblo. Caminamos paralelos al
Rio Piornedo y al fondo el monte Mustallar. Empieza a llover con fuerza y nos
resguardamos debajo de un nogal enorme hasta que acampe. El paseo es muy agradable. Se han construido dos puentes de piedra para
sortear las aguas del río y enlazar los senderos que por allí existen.
De regreso al pueblo visitamos
la Palloza Museo “Casa
do Sesto”, con todos los enseres y la
misma distribución que tuvo hasta que dejó de ser definitivamente habitada en
1960. Nos la enseña el padre de Mari Carmen, él nació y
vivió allí hasta los años 60. Nos cuenta anécdotas de cómo vivían en la
palloza.
La visita asombra tanto por lo
singular de su arquitectura que hace pensar casi de inmediato en una gigantesca
tienda de campaña de piedra y tejado de paja “teito” como por las explicaciones
que te trasladan a un modo de vida especialmente austero, desprovisto de
cualquier y que estuvo vigente en algunos lugares como éste hasta la década de
los 70 del S.XX.
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| Palloza y hórreo. |
Paseamos por el pueblo y
hablamos con la Señora Dulcita, nos explica que ha vivido en una palloza y que
muy pequeña tuvo que emigrar a Barcelona para servir en una casa. Charla muy
interesante.
Comemos en La Cantina huevos
de gallinas (que vivían en la palloza) con chorizo ahumado de matanza, carne de
ternera de la zona… todo exquisito.
| Balouta. |
A 3 km de Piornedo descubrimos un pueblecito de unas 20 casas en la ladera de la montaña cubierta de brezo, es Suárbol, disfrutamos de la panorámica del paisaje.
Seguimos hacia el Puerto de Balouta,
los robles bordean la carretera, serpenteante y con niebla, hasta llegar a Balouta
que es una aldea preciosa, con unas 20 casas. Juan recuerda que nos hablaron de
ella Asun y Jesús. Les mandamos una foto para refrescarles la memoria. Pasamos
por Murias de
Camín con el río Rao a la derecha atravesando valles que se
extienden hasta el infinito. Segis nos explica “in situ” qué son los valles
fluvioglaciares.
RAO
Se llega después de recorrer
el primer trecho de la garganta
del río Rao, con sus viviendas tradicionales, herrerías y molinos. Una de las
construcciones más importantes es el templo parroquial de Santa María,
con sus dos retablos no pudimos verlos porque estaba cerrada.
En este lugar es muy
frecuente encontrar los denominados "cortíns",
son colmenares cerrados por un muro de forma generalmente circular, construidos
con piedra y pizarra, pensados para resistir los ataques de los animales, sobre
todo de los osos pardos.
La carretera que va de Rao a
Larxentes
es espectacular, con curvas absolutamente cerradas y árboles a los lados que se
juntan en el centro formando un túnel oscuro.
NAVIA DE SUARNA
| Puente de Navia de Suarna. |
Nos vamos a tomar un café y
como no deja de llover decidimos volver a casa, pasando por Seón, Son y Vilaquinte.
Al llegar a Piornedo vamos a
tomar una cerveza a La Cantina, allí Andrés, marido de Mari Carmen nos explica
el problema de los incendios y de la repoblación de los osos.
Cena en el restaurante de la
casa, como siempre muy rica.
Tercer día.
Piornedo, Castro de Chano,
Sorbeira, Pereda de Ancares, Suárbol.
CASTRO DE CHANO
Salimos con
un sol espléndido y paramos en el Mirador de Balouta a 1648m, hay mucho viento y
hace frío, la temperatura es de 5,5 grados, con nieve en la cumbre. El paisaje
espectacular con brezos, robles, alisos, escobas amarillas (genistas).
Segis
recuerda que Serrat en su canción “Mediterráneo” habla de las "genistas" y la escuchamos:
“En la ladera del monte
más alto que el horizonte
quiero tener buenas vistas
mi cuerpo será camino
le daré verde a los pinos
y amarillo a la GENISTA”
Pensamos
que hay una carretera que va desde Balouta hasta el Castro de Chano, pero
cuando llamamos a información nos dicen que no existe. Tenemos que ir hasta
Vega de Espinareda y subir por Fabero. Es una zona minera, Segis nos explica
que las paredes que vemos en la carretera son bituminosa, pizarras carbonosas
de materia orgánica que rezuman agua y brillan con el sol.
| Castro de Chano. |
La visita a los restos arqueológicos la realizamos
caminando por una pista de tierra, con el valle de fondo y el sonido de los
cencerros de las vacas, los pájaros y el agua.
SORBEIRA
A propuesta de Celia paramos a comer
en Sorbeira. Genial. Comida casera: cecina, chorizo ahumado, chuletillas de la
zona… todo muy rústico. Los dueños encantadores.
Restaurante Puente de Ancares.
Muy buena relación
calidad/precio.
| Castaño Centenario de Cantín. |
Pasando el pueblo torcemos por el camino de la izquierda hasta llegar a la iglesia, es pequeña y llena de encanto, con un pequeño cementerio en la parte posterior. Nos fijamos en la edad de las personas enterradas y salvo dos excepciones todos tenían entre 85 y 95 años. El lugar es mágico, alrededor del castaño milenario vemos otros centenarios. Damos un paseo, solo se oye el sonido del agua y el canto de los pájaros.
En el pueblo nos encontramos con la pareja que nos
recomendó ir a ver el castaño y nos hacen otra recomendación, ir a la “La fuente de los 5 caños”, de los que
sale el agua fresquita con intensidad y caudal diferente en cada uno de ellos. El
día es radiante, con sol y 17 grados.
PEREDA DE ANCARES
| Pared de la palloza. |
Queremos ver la Palloza del Señor Antonio, su hijo Octavio es el que enseña ahora la casa de sus antepasados, una vivienda de planta casi rectangular y dos entradas: una, la que mira al sur, para las personas, y la otra, que da al este, para los animales, vacas y cerdos. Todos convivían bajo un mismo techo de paja, “teito”, separados en pequeños recintos.
Llamamos por teléfono a Octavio para
ver si nos puede enseñar su palloza. Llega en 5 minutos y nos explica cómo
vivieron en ella sus padres y abuelos.
A la salida nos vamos a tomar un
zumo al Centro Rural Valle de Ancares, bajo un tejado de teito. Es una casa
rural preciosa, la había buscado Celia como posibilidad de alojamiento, no
habríamos estado mal!!!
Para regresar atravesamos de nuevo el Puerto de Balouta, ya a 10 grados.
SUÁRBOL
Sus casas de aires
nobiliarios con
paredes de granito y tejado de pizarra conservan la arquitectura típica. Buscamos
en sus fachadas grabados de símbolos mitológicos pero no los encontramos.
La iglesia contiene el cementerio en su interior, no pudimos verlo porque
estaba cerrada.
Cuarto día.
Piornedo, Navia de
Suarna.
NAVIA DE SUARNA
Regresamos de nuevo a Navia ya que la vez anterior llovía tanto que no pudimos
disfrutar del pueblo. Paseamos por sus calles empedradas admirando las casas de
piedra. Nos paramos ante “Casa Nicasio”, sale el dueño y nos pregunta si queremos ver su museo, entramos
encantados. La planta baja está llena de objetos antiguos, perfectamente
agrupados por categorías, limpios y ordenados. De cada objeto nos cuenta una
historia personal. Su suegro había emigrado a Cuba y allí estaban las maletas
del regreso, junto con muchos más recuerdos de la época hasta objetos de la
época actual.
El recorrido por este pueblo
nos lleva hasta el puente medieval de un
solo ojo, su castillo y el
paseo fluvial a la orilla del río Navia. El sol brilla y se refleja en su gran
caudal y en el verde de las hojas. Es deslumbrante.
Llegamos a la plaza, hay mercadillo. El segundo domingo de cada mes se
celebra la fiesta del pulpo y por suerte coincidimos con ella. En un puesto
callejero compramos un plato de pulpo, lo llevamos al bar y allí nos ponen una
mesa con una barra enorme de pan y vino de Ribeiro para acompañarlo. Todo un
invento. El pulpo riquísimo y el rato que pasamos también. En la feria
compramos unas platos de madera, cecina, queso y chorizo.
De allí nos vamos a comer a a unos 15 km de Navia, subiendo por la
carretera hacia A Proba, ya lo había seleccionado Celia y nos lo recomienda
también Mari Carmen.
"Restaurante Caserío Meiroi".
El restaurante es pequeñito, precioso y con unas estupendas vistas
panorámicas. La comida exquisita, con productos ecológicos cultivados por ellos
y las carnes propias también.
Empieza a llover con fuerza y decidimos quedarnos en el bar de Navia para
ver la final de Roland Garros. Gana Nadal, copa número 11.
Regresamos a Piornedo y damos un paseo por el pueblo.
Quinto día.
Piornedo, Candín, Vega
de Espinareda, San Juan de la Mata, Combarros, Castillo de Canedo (Prada a
Tope), Salamanca.
Nos despedimos de Piornedo. Salida con niebla espesa. Pasamos por Candín, la
niebla va desapareciendo poco a poco y las hojas brillan en los árboles que
bordean la carretera. Atravesamos Vega de Espinareda con el Monasterio de San Andrés en lo alto de
la montaña.
Seguimos por una carretera bordeada
de bosques de pinos altos y delgados y atravesando San Juan de la Mata rodeado de
viñedos y cerezos llegamos al Castillo de Canedo (Prada a Tope) es un palacio
rodeado de viñedos de diferentes tipos de cepas, la panorámica desde la cafetería
es espectacular.
Paramos en Combarros para comer en
"Venta La Magdalena".
Excelente relación
calidad/precio. Muy recomendable.
Comimos genial por 13€, platos
abundantes, bien elaborados: mollejas, patatas con congrio, callos, ternera… trato
muy amable y rapidez en el servicio. Al final sin que lo pidamos nos dan lo que
sobra en un taper.
Nos lo recomienda el dueño del bar
de tapas de Astorga “Bar Manolín”, estaba cerrado pero nos lo recomendaron
y lo visitaremos cuando volvamos a Astorga.
Reflexión final:
El viaje a los Ancares nos ha
encantado.
Hemos venido sorprendidos por el
estado tan puro y salvaje en que se encuentran sus bosques, por la paleta de
multitud de colores que continuamente se extendían ante nuestra vista, por volver
a escuchar los sonidos puros de la naturaleza ya que quitando nuestras voces ningún sonido
se interponía, por la amabilidad y cercanía que hemos sentido con los paisanos
con los que hemos compartido algunas de sus vivencias, por la gastronomía
típica de la zona que es contundente pero también casera y rica y por encima de
todo, la fácil convivencia entre nosotros, que nos hace disfrutar de todos y
cada uno de los momentos por pequeños que sean.



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